María José Galliano (((Doña María)))





Este nuevo supergrupo toma una selecta lista de canciones del repertorio folklórico sudamericano y las reformula en una mezcla bailable, urbana y emotiva. Se trata de una obra que hace reflexionar, con ironía, sobre los límites de la globalización, y las infinitas posibilidades de la riqueza musical.

Es un cruce de lenguajes que para algunos serían lejanos y aquí suenan juntos, ligados con un atrevimiento provocador. Sin prejuicios, pero cuidando el valor genuino del que se nutren, los jóvenes integrantes de Doña María fusionan el repertorio popular, más bien tradicional, con elementos contemporáneos (como técnicas digitales) e influencias populares de otras latitudes (como el rap o el dub).
No es un mix de folklore electrónico, ni es un disco de perfil internacional que podrían catalogar como world music. Son canciones que conforman un mosaico multicultural latinoamericano, con fuerte pasado, y están aquí y ahora con todo su carácter en una clara señal de cómo se vive y se disfruta la memoria musical en la actualidad.

El grupo eligió una sonoridad muy particular, principalmente acústica, y quizás ahí está su mayor acierto, casi como una reverencia a los artistas de los cuales toma las obras.

En el disco hay contrabajo, percusiones, guitarra criolla y caja chayera, a la que suma un DJ que –con bandejas de vinilo- aporta samplers y scratch. Como un punto justo entre la gran ciudad y el campo, como un nuevo mapeo de costumbres populares en urbes globalizadas, emerge Doña María con varias virtudes que se integran en la pluralidad estética, la amplitud de estilos y la seriedad con que está hecho su trabajo.

En primer lugar, se nota un gran conocimiento tanto del material folklórico como de la cultura rock moderna. En términos tímbricos, para ser más claros: manejan tan bien la guitarra criolla y el bombo legüero como los samplers y los remix. Pero no es sólo una cuestión de cómo tocan o lo bien que cantan los integrantes del grupo; se perciben como propios tanto la zamba como el rap; no parecen cuestiones forzadas, y eso se nota en el manejo de los tiempos, los climas. Allí hay otro hallazgo de cuestiones tales como el tempo, ya que la música autóctona tiene muchas veces fluctuaciones del tiempo (rubato), que la música creada para bailar en una disco carece. Es interesante escuchar esa trama por ejemplo en La diablera.

Hay momentos en los que con mucho sentido del humor, los músicos juegan con los géneros y se permiten medleys impensados, como por ejemplo el enganche del final de Beatriz Durante (chacarera hecha y derecha) con el comienzo de Fuego en Animaná/Polleritas (a su vez, un medley de guitarras flamenco-pop).

Se destacan también los arreglos de voces en muchos temas del disco, cosa que quienes tuvimos oportunidad de verlos en vivo pudimos corroborar que son reales.

La lista de temas y autores en tan variada que llama la atención, a esto se suma la impronta singular que Doña María supo darle a cada tema con una meticulosa labor, lo que nos exige más de una escucha atenta, pues hay pasajes muy íntimos y altamente creativos, a pesar de no ser música de autor. Vale decir que no todo el disco es una fiesta, también que no todo lo que se baila está vacío de contenido artístico. En este caso, la revisita a un repertorio que originalmente tuvo otro espacio, se acerca a las nuevas generaciones, como una propuesta nueva y enriquecedora. Es algo para festejar.

FICHA TÉCNICA:

MÚSICOS:
María José Galliano: voz, melódica, radioreloj y percusión
Juan Ignacio Serrano: guitarra criolla, guitarra acústica, sintetizador y voz
Sergio García Marín: contrabajo y voz
Fernando Radl: percusión, guitarra eléctrica, bajo, sirena y voz
Rafael García: percusión, scratch y sampler
Marcelo von Schultz: percusión
Invitados:
Nicolás Martín: guitarra eléctrica en 2 y 10
Juan Ravioli: piano en 8
TÉCNICA
Grabado en 2008 en Del Abasto al Pasto
por Claudio Romandini.
Overdubs en Beso Astral por Pablo “Yogur” Diéguez y en Heterogénea por Juan Ignacio Serrano.
Mezclado por Matias “Chavez” Méndez en Nómade.
Producción artística: Juan Ignacio Serrano (a excepción del track 11, remix producido por Chávez).


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