Martín Buscaglia



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Martín, de 35 años, tuvo la suerte de nacer en la casa de Montevideo donde a mediados de los 70's se reunían Eduardo Mateo, Pippo Spera, Ruben Rada, Urbano Moraes. Los escuchaba componer y divagar muerto de sueño sin querer irse a la cama y sin que nadie lo mandara acostar.

Luego llegaron El Príncipe, Los Beatles, Stevie Wonder, Tom Waits, Mario Levrero, Marc Ribot, Marvin Gaye, Sly Stone, Clarice Lispector, e.e.cummings, Michael Jackson, Jorge Ben, Terry Gilliam, Legiấo Urbana y la coctelera no dejó de moverse hasta que en el 97 apareció "Llevenlé", su primer disco. Entre tanto, compuso para teatro , para Carnaval, inició el proyecto de música infantil Cantacuentos, con el que lleva editados 3 discos, tocó el bajo salsero en cruceros del Caribe, viajó, compartió escenario con Caetano Veloso, Charly García, Luis Alberto Spinetta, Arnaldo Antunes y Jorge Drexler. En 2000 grabó "Plácido Domingo", su segundo disco calificado por Rolling Stone como "Uno de los mejores discos de los últimos tiempos en Montevideo. Martín Buscaglia sabe ponerle la dosis exacta de poesía a la canción y sabe también envolvernos en esos ritmos mestizos de alguien que conoce de memoria a Mateo pero también a Marley, a Hendrix y a Prince".

En 2004 apareció en España su tercer disco "Ir y Volver e Ir", primera colaboración con el sello madrileño Love Monk.

En el 2006 llega su cuarto disco de canciones: “El evangelio según mi jardinero”. Buscaglia grabó este disco con una importante apuesta en la producción —al punto de que esas mismas canciones, producidas de otra manera, parecerían otras. Dentro de cada tema, se escucha la original mixtura tímbrica: por momentos se cruzan cuerdas acústicas con teclados, y una abigarrada grabación de las voces y la percusión. El funk, el rock y lo folklórico propio de la tierra uruguaya, se visten aquí con los alcances de una producción electrónica, dando como resultado este fresco y singular trabajo.



TEMPORADA DE CONEJOS


Disco esperado por los muchos admiradores que tiene este artista uruguayo, el sucesor de El evangelio según mi jardinero no defraudará a quienes tanto lo anhelaron. Una suma de ingenio y belleza funky, con mucho espacio para el delirio, la introspección folk y mucha, mucha, mucha… ¡improviseishon!

Parecían difíciles de superar las cumbres a las que había llegado Buscaglia en su disco anterior. Es que El evangelio según mi jardinero, tenía esa mezcla de humor, romanticismo, escepticismo, juegos rítmicos y verbales, en fin, esa desmesura propia de este inquieto y pequeño gran cantautor. Pero no repasemos más los méritos de la anterior obra, sumerjámonos en este nuevo mar de canciones.


No hay ningún tema que se llame Temporada de conejos en el disco, pero la frase aparece mencionada en No vamos a parar nunca, segunda canción, y los conejos saltan en algún otro recodo del CD. Buscaglia juega de tal manera con las palabras que no necesita explicar nada; esto es poesía pop, toma frases y lugares comunes de la cultura popular casi siempre con múltiples significados, como Diablo débil o como muchos de los versos de casi todas las canciones, tanto en castellano como en inglés, en la genial Spam. Un sentido del humor con mucho de absurdo, que es heredero directo de tanta canción uruguaya. El soporte de tanta palabra varía, desde el funk al reggae, pasando por ritmos tropicales, por bellas baladas, un blues con bombo legüero a dúo con Kiko Veneno y con mucho coqueteo con la cultura rock de este lado del mundo. Hay momentos magistrales como Fico fue a la montaña, balada algo beatle, algo Spinetta, con un arreglo de cuerdas y voces muy bien escrito; o como Oda a mi bicicleta, que nos trae ecos de Fernando Cabrera o Eduardo Mateo, cierta desolación en la poesía, un aire a mañana fresca de Montevideo.


Para esta nueva aventura sigue con sus fieles escuderos, los hermanos Ibarburu (Nicolás en guitarra y otros instrumentos, Martín en batería, ocasionalmente Andrés en violonchelo) y muchos invitados, estelares y de los otros. El propio Martín Buscaglia canta, toca la guitarra, el bajo, el piano, la marimba, instrumentos informales y cosas que no son instrumentos también. Grabado con perfeccionismo en Montevideo (salvo algunas grabaciones adicionales hechas en distintos lugares y tiempos), mezclado en Madrid y masterizado en Buenos Aires, Temporada de conejos es un desparramo de energía y creatividad de Buscaglia, y necesita de varias escuchas para que se le pueda “entrar”.

Cualquier intento de definirlo o interpretarlo en pocas líneas estará condenado al fracaso de antemano, hay que tratar de aprehenderlo en sucesivas jornadas; da para muchas, innumerables repeticiones. Como en una miniatura medieval, está lleno de detalles, formas, colores y luces de distinto tamaño en sus 14 canciones. ¿Catorce? ¿Leí bien? Sí, porque el final es una coda (con “c”) con homenaje a John Cage incluido (inmejorable interpretación de una de sus piezas más célebres) y un último track de despedida que refuerza la intención del compositor y pensador estadounidense.


Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Martín_Buscaglia, http://www.clubdeldisco.com/catalogo/catalogo40.php y http://clubdeldisco.com/sitio/index.php/catalogo/disco/martin_buscaglia_temporada_de_conejos/

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